Los candidatos ideales para la Blefaroplastia son aquellos que tienen problemas estéticos o funcionales con sus párpados que les causan incomodidad o afectan su visión. Es importante que los pacientes tengan expectativas realistas sobre los resultados del procedimiento y que discutan sus objetivos con el cirujano antes de la cirugía.
Durante la Blefaroplastia, se hacen pequeñas incisiones en los párpados para exponer el tejido subyacente. Luego, se elimina el exceso de piel, grasa y músculo de los párpados, se ajusta la posición del tejido y se cierran las incisiones con suturas finas. Los cirujanos pueden usar una variedad de técnicas para lograr el resultado deseado.
Al igual que con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos y complicaciones asociados con la Blefaroplastia, como sangrado, infección, cambios en la sensibilidad y cicatrización excesiva. También existe el riesgo de complicaciones oculares, como sequedad ocular o irritación. Es importante discutir estos riesgos con el cirujano antes de someterse al procedimiento.
La recuperación de la Blefaroplastia varía de paciente a paciente, pero generalmente requiere varios días de descanso en casa y una reducción de la actividad física durante varias semanas. Los pacientes pueden experimentar hinchazón y moretones durante varios días después de la cirugía y deben evitar las actividades extenuantes durante varias semanas. Es importante seguir las instrucciones postoperatorias del cirujano para garantizar una recuperación segura y efectiva.