La elección del mejor tipo de relleno facial dependerá de tus objetivos de tratamiento, tu tipo de piel, la zona que quieres tratar, entre otros factores. Es importante discutir tus necesidades y expectativas con tu proveedor de servicios médicos para determinar cuál es el mejor tipo de relleno facial para ti.
El procedimiento de Relleno Facial se realiza generalmente en la oficina del médico y dura entre 15 y 60 minutos, dependiendo del tipo de relleno facial y la cantidad de áreas que se estén tratando. El proveedor de servicios médicos inyecta el relleno facial en las áreas designadas con una aguja fina o una cánula.
El dolor durante el procedimiento de relleno facial es variable y depende del tipo de relleno facial, la zona que se esté tratando y la tolerancia al dolor del paciente. Muchos tipos de rellenos faciales contienen lidocaína, un anestésico local, para ayudar a reducir el dolor durante el procedimiento. Además, algunos pacientes pueden optar por una anestesia tópica o una anestesia local para reducir el dolor.
Los efectos secundarios más comunes de los rellenos faciales incluyen enrojecimiento, hinchazón, moretones y sensibilidad en el área tratada. Los riesgos menos comunes incluyen infecciones, alergias, granulomas, necrosis y otros efectos secundarios más graves. Es importante discutir estos posibles riesgos con tu proveedor de servicios médicos antes de someterte a cualquier tratamiento de relleno facial.
La duración de los resultados del relleno facial depende del tipo de relleno facial utilizado y de la zona que se esté tratando. En general, los resultados pueden durar de 6 meses a 2 años. Es posible que se necesite un mantenimiento o tratamiento adicional para mantener los resultados después de que se haya absorbido el relleno facial.
El costo del tratamiento de relleno facial puede variar según el tipo de relleno facial utilizado, la zona que se esté tratando y la ubicación geográfica. Los tratamientos de relleno facial son generalmente considerados como procedimientos cosméticos y no están cubiertos por el seguro médico.
Es posible que tu proveedor de servicios médicos te recomiende que evites ciertos medicamentos o suplementos antes del tratamiento, así como evitar la exposición al sol y el ejercicio intenso durante un período de tiempo después del tratamiento. También es importante seguir las instrucciones de cuidado postoperatorio de tu proveedor de servicios médicos para maximizar los resultados.