Los candidatos ideales para la Otoplastia son aquellos que tienen preocupaciones estéticas o funcionales con sus orejas que les causan incomodidad o autoconciencia. Es importante que los pacientes tengan expectativas realistas sobre los resultados del procedimiento y que discutan sus objetivos con el cirujano antes de la cirugía.
Durante la Otoplastia, se hacen pequeñas incisiones detrás de las orejas para exponer el cartílago. Luego, se remodela el cartílago para corregir la forma, posición o tamaño de las orejas. Los cirujanos pueden usar una variedad de técnicas para lograr el resultado deseado, como suturas o cortes en el cartílago.
Al igual que con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos y complicaciones asociados con la otoplastia, como sangrado, infección, cambios en la sensibilidad y cicatrización excesiva. Es importante discutir estos riesgos con el cirujano antes de someterse al procedimiento.
La recuperación de la Otoplastia varía de paciente a paciente, pero generalmente requiere varios días de descanso en casa y una reducción de la actividad física durante varias semanas. Los pacientes pueden experimentar hinchazón y moretones durante varios días después de la cirugía y deben evitar las actividades extenuantes durante varias semanas. Es importante seguir las instrucciones postoperatorias del cirujano para garantizar una recuperación segura y efectiva.